Gran Muralla China

La Gran Muralla China, una de las siete maravillas del mundo moderno, representa el reto más imposible que jamás me haya planteado. Como Patrimonio de la Humanidad, su presencia imponente me llevó a afrontar la tarea de pintar y animar una pequeña porción de ella, una superficie de 176 metros de largo por 9 de alto, lo que resultó en más de 1.000 metros cuadrados de espacio. Este proyecto, que superó el tamaño de mis anteriores obras, duró más de cuatro años y marcó el comienzo de mi camino en China.

Fue un sueño irrepetible que desafió todas mis expectativas y conceptos previos.

Un proyecto increíble y entusiasta que se inició en noviembre de 2004 y se inauguró el 28 de octubre de 2008.